Reptiles fósiles

En el gran tronco biológico de los vertebrados, los Reptiles alcanzan durante el secundario un desarrollo que por la diversidad de sus formas y tamaños, por lo distinto de sus adaptaciones orgánicas y por los diversos medios terrestres, acuáticos y aéreos que ocuparon, sólo es comparable al logrado por el grupo de los mamíferos durante los tiempos terciarios y en nuestros días.

La complejidad de los reptiles fósiles es muy grande. Unos fueron voladores, como el grupo de los pterosaurios; otros, veloces nadadores marinos, como los ictiosaurios y plesiosaurios; y otros, agilísimos corredores de alimentación carnívora, o pesados y de alta talla, de alimentación hervíbora, que con diversidad de aspectos y tamaños quedan incluidos en el extinguido grupo de los dinosaurios.

A estas formas fósiles, que vivieron durante el Jurásico y el Cretácico, se unen las formas residuales actuales, que aunque reducidas a tan sólo cinco grupos taxonómicos, muestran su diversidad de adaptaciones orgánicas en las tortugas, en los cocodrilos, en las serpientes y en los lagartos y demás saurios.

Fósil de un plesiosaurios

La historia genealógica de los reptiles y el estudio de sus formas en las diversas épocas geológicas, ha avanzado mucho en los últimos años, sobretodo desde que se realizaron las grandes exploraciones pa1eontológicas de Texas y de otras regiones de EE UU, de África Austral y, en fecha más reciente, de Mongolia y otras comarcas del centro de Asia.

Los reptiles surgen como evolución y diferenciación de los anfibios estegocéfalos en el Carbonífero superior. Durante el Pérmico y el Triásico se desarrolló una interesante fauna de reptiles primitivos, con gran diversidad de formas y adaptaciones a medios distintos. Algunas de las especies más importantes son:

– Cotilosaurios,

– Dinosaurios,

– Brontosaurios, y

– Ictiosaurio.