Patologías del sistema cardiovascular

Dada la prolongación gradual de la vida media, las enfermedades cardiovasculares han aumentado notablemente. Por su frecuencia, gravedad y características anatomohistológicas merecen destacarse las cardiopatías (cardiopatía reumática, miocardiosclerosis arteriosclerótica e infarto de miocardio) y las vasculopatías (arteriosclerosis), que se describen a continuación.

Cardiopatía reumática

El reumatismo articular agudo es una enfermedad infecciosa aguda y caracterizada anatómicamente por afectar la estructura cardíaca, las articulaciones, los vasos y el tejido subcutáneo.

Las alteraciones histológicas son de tipo granulomatoso, es decir, con aspecto de nódulos, denominados nudos de Aschoff. Estos se disponen en el corazón de modo característico: a nivel del miocardio, donde destruyen las fibras musculares; a la altura del endocardio, con formación de pequeñas verrugas, y en el pericardio.

Miocardiosclerosis arteriosclerótica

Miocardiosclerosis arteriosclerótica

Suele afectar a individuos en la época más avanzada de la vida. El diagnóstico de la enfermedad se basa en la presencia de una esclerosis más o menos difusa de las arterias coronarias. Esta se manifiesta macroscópicamente, en forma de estrías múltiples, grisáceas o blancuzcas, brillantes, incluidas en el espesor del miocardio.

Histológicamente las arterias y arteriolas presentan una reducción concéntrica por la presencia de placas en cuyo seno puede haber calcificaciones y hemorragias.

Infarto

El infarto de miocardio es la cardiopatía de mayor relieve por su gravedad y la frecuencia con que se produce. Es una necrosis isquémica aguda de la musculatura cardíaca debida a la oclusión de una arteria coronaria de calibre grueso, mediano o pequeño.

El área del infarto puede apreciarse directamente por su palidez, su forma piramidal y su color grisáceo que contrasta con el rojo oscuro del miocardio sano. En la periferia del infarto anémico se observa una orla amarillenta debida a la metamorfosis adiposa de los tejidos circundantes.

En general, el infarto se localiza en la mitad izquierda del corazón, correspondiente a la zona irrigada por la coronaria izquierda. Así mismo, puede asentarse en la zona de distribución de la coronaria derecha, y con menos frecuencia en la zona marginal del ventrículo izquierdo por la oclusión de la rama circunfleja de la coronaria izquierda.

En los exámenes macroscópicos, el infarto reciente se puede apreciar a las 5-6 horas de la oclusión vasal. La primera manifestación es una acidofilia intensa en las fibras musculares de algunas áreas del miocardio, alternadas con otras que conservan su color normal.

Infarto

Después de 24 horas, cuando el área del infarto se aprecia claramente, en el examen histológico se distingue una infiltración de partículas polimorfonucleares neutrófilas; 3-4 días más tarde aparecen numerosos linfocitos, histiocitos y fibroblastos que por un lado remueven el material ya muerto y por otro lo sustituyen por tejido cicatrizado. En los infartos pequeños esta sustitución se realiza en 4-5 semanas, y en los de importancia, en 2-3 meses.

Si el callo miocárdico que se forma es pequeño, no trastorna la actividad cardíaca, pero si es grande puede ceder a la presión de la sangre, romperse y ocasionar la muerte.

Arteriosclerosis

Es una alteración de los vasos caracterizada por acumulación de sustancias lipídicas, constituidas por grasas neutras y colesterol, que se localizan en el espesor de la pared arterial, son afectadas preferentemente las grandes arterias de tipo elástico, así como la aorta y la pulmonar con sus ramas principales.

Las arterias afectadas sufren alteraciones de los aparatos elásticos, espesamiento y aparición de depósitos calcáreos, que pueden ocasionar una osificación local en la pared arterial.