La placenta

La placenta es un órgano muy diferenciado que presenta al final del embarazo una forma redondeada y plana, con un diámetro de 16-20 cm y un espesor medio de l­2 cm. con una estructura blanda y esponjosa.

Consta de una zona interna o materna y una externa o fetal, y esta constituida por: la decidua o mucosa uterina; las vellosidades, que se introducen en las lagunas sanguíneas maternas y se insertan en la decidua; la lámina corial, y el amnios, que tapiza la cara fetal de la placenta.

Entre los anexos fetales, destacan la membrana corial, de la cual surgen las vellosidades, y la membrana amniótica, que se encuentra tapizado interiormente el corion y que es transparente.

El líquido amniótico, contenido en el amnios, puede alcanzar al final del embarazo 800-1 500 cm. Es amarillento, derivado del epitelio amniótico, que protege al feto de los traumatismos y del adosamiento a la pared uterina materna.

El cordón umbilical presenta una longitud de 50-60 cm y un diámetro de l5-20 mm. Contiene los vasos umbilicales y un tejido gelatinoso (gelatina de Wharton), y en él se encuentran la arteria y la vena umbilicales.

La vesícula umbilical se comunica en un principio con el intestino del embrión por medio del conducto onfalomesentérico, pero a la sexta semana se reduce enormemente. Durante las primeras etapas del embarazo se forma así mismo la alantoides, estructura que sirve de directriz para la formación de los vasos umbilicales y que pronto desaparece.