Tejido muscular

Los elementos funcionales del tejido muscular están representados por células, denominadas fibras, muy alargadas por el trabajo que deben realizar.

Existen en el organismo humano dos tipos de tejido muscular: uno dominado por la voluntad, y otro independiente; esa distinción es válida también desde el punto de vista microscópico, ya que el músculo voluntario presenta una estriación transversal (por lo que se denomina estriado), y el involuntario presenta sólo estriación longitudinal (tejido muscular liso). Una excepción a esta regla la constituye el músculo cardíaco que, a pesar de ser estriado, no está bajo el control de la voluntad.

Tejido muscular liso

El citoplasma de las células que da origen a este tipo de tejido, se alarga hasta formar una fibra en forma de huso, cuyo volumen varía según su localización: las más pequeñas son las que circundan los capilares sanguíneos y las mayores las de las paredes del útero. El tejido muscular liso tiene la función de contraerse activamente (como en el intestino), pero a menudo sirve para mantener un estado de contracción continua, denominado tono (caso de las arterias).

A esta función de contractilidad de la musculatura lisa se debe el valor constante de la presión arterial en situaciones de normalidad.

Estructura del tejido muscular

Tejido muscular estriado

Es la parte del organismo que se denomina con la palabra músculo, y que está formado, al igual que la musculatura lisa, por células muy alargadas, de hasta 40 mm de longitud, En células tan largas, un solo núcleo no es suficiente, por lo que poseen varios de ellos.

Las fibras son también estriadas en sentido transversal, debido a que los filamentos están formados por hilos finos de actina y miosina, dispuestos en forma asimétrica.

Musculatura cardíaca

El citoplasma de las células musculares del corazón presenta las fibras transversales, similares a las de la musculatura estriada.

La única diferencia fundamental de este tejido consiste en que las células, incluso separadas unas de otras, funcionan sinérgicamente, es decir, como si estuviesen reunidas formando una inmensa red, que dará lugar a la musculatura cardíaca.