Hamamelididas o amentíferas

Dominan en esta subclase las plantas leñosas, derivadas quizá de antiguas magnólidas. Las flores se hallan casi siempre muy reducidas, con una sola envuelta floral, el cáliz. Los órganos sexuales están muy a menudo separados, dando pues flores unisexuales. Éstas suelen agruparse en inflorescencias amentiformes, siendo de polinización  anemófila. El ocozol de los mexicanos (Liquidambar styraciflua) es árbol de hasta 15 m de altura, con 5 lóbulos profundos, propio de América Central y de la vertiente atlántica de Norteamérica.

De él se obtiene el liquidámbar, resina balsámica, empleado por los americanos como masticatorio.

Los Hamamelis son arbustos o arbolillos de hojas aovados, caedizas, de flores agrupadas en escaso número en cabezuelas axilares, que se abren al final del otoño. Las flores son hermafroditas, tetrámeras, con la corola originada por regresión de parte de los estambres, que se convierten en estaminodios petaloides. La hamamelis de Virginia  (Hamamelis virginica) se extiende de América del Norte desde México hasta Canadá.

Hamamelis virginica

Desde América del norte los plátanos de sombra se extendieron por  toda Europa y gran parte de Asia cuando el clima del Terciario les fue favorable. Más tarde, los intensísimos frios de la época glacial redujeron su extensa área, al oeste del Mediterráneo y Asia Menor, hasta el Himalaya, en el Antiguo Mundo, y a las vertientes atlánticas de América del Norte desde el golfo de México a Canadá.

Las betuláceas comprenden alrededor de 70 especies de árboles y arbustos, propias casi en su totalidad del hemisferio boreal y de los países fríos. Alguna especie, como el aliso de los Andes (Alnus acuminata), llega a lo largo de esa cordillera, desde México hasta Argentina.

Betula pendula

Entre las betuláceas con frutos en la axila de escamas, figura el abedul (Betula pendula), así llamado por sus ramitas jóvenes colgantes. En un árbol de mediana talla, que vive en particular en Europa central y también en Asia. El avellano vive en la mayor parte de Europa, y es de escasa importancia forestal; las varas de sus renuevos se emplean en la fabricación de pipas y barriles; pero su principal utilidad deriva del aprovechamiento de su fruto, de semillas comestibles, las avellanas.

Muchos árboles estimados por su madera o por su fruto, comprenden las fagáceas. Entre ellos cabe mencionar el castaño (Castanea sativa). Las castañas son los frutos de esta especie, encerradas en cúpula globosa, erizada de púas vulnerantes.

El haya común es uno de los árboles más extendidos en Europa, vive de preferencia en las montañas, y no sale de ellas hacia el límite meridional de su área, que se halla en Italia y España; por el contrario, en el Norte de Europa, aun en los llanos forma dilatados bosques.

Así como las hayas son conducifolias, es decir, pierden las hojas en invierno, algunas notófagas las conservan durante todo el año, como el coigue (Nothofagus dombeyi), de Chile, que se halla en los Andes hasta grandes altitudes y da madera muy estimada.

Nothofagus dombeyi

El roble de Chile (Nothofagus obliqua) es otra especie siempre verde. Algunas especies llegan hasta el extremo meridional de América, en Tierra del Fuego, como la notófaga fueguina (Nothofagus antarctica).

El roble (Quercus petraea, Q. pubescens) pertenece al grupo de árboles que en invierno tienen hoja seca. Vive en la mayor parte de Europa y Asia.

Los alcornoques, propios del Mediterráneo occidental, se caracterizan por tener una gruesa capa de corcho alrededor del tronco y de las ramas. El corcho es un tejido aislante que disminuye la evaporación del agua al tiempo que protege al árbol del ataque de los parásitos.