Frutos secos y dehiscentes

Los principales frutos secos y dehiscentes son la cápsula, la silicua, la legumbre y folículo. La cápsula es un fruto seco, compuesto de dos o más carpelos, en general con numerosas semillas, que abre en la madurez. Si la dehiscencia tiene lugar rajándose la cápsula por el nervio medio de los carpelos que la integran, se dice loculicida (de loculus, cavidad pequeña). Si la cápsula se raja siguiendo las líneas de sutura carpelares, lo que se destruye no son las cavidades celulares, sino los tabiques de separación, que se hienden por su línea media; este modo de abrirse constituye la dehiscencia septicida (de septum, valla o tabique).

Si la cápsula, en vez de abrirse a lo largo, lo hace a su través, como si se destapara una caja, se llama pixidio. Si tiene lugar la dehiscencia por pequeñas aberturas o poros, entonces la cápsula se denomina foraminal.

La silicua sólo consta de dos carpelos, abiertos y soldados por sus bordes. Por formarse un falso tabique de origen placentario, este fruto aparece dividido en dos cavidades. En la madurez, los dos carpelos se separan, rajándose según un plano paralelo a sus bordes, que persisten enlazados por el tabique mediano en el ápice del pedúnculo fructífero. Si la silicua es corta, cuando no llega al doble de su anchura, se llama silícula.

silicua

Son cápsulas monocarpelares la legumbre y el folículo. En aquélla, los bordes del carpelo, concrescentes, forman la llamada satura ventral, que se parte en la madurez, al propio tiempo que lo hace también el nervio medio dorsal; así el fruto se abre en dos valvas.

En el folículo no hay concrescencia de los bordes de la hoja carpelar, sino sólo íntima yuxtaposición, y falta, por lo tanto, la satura ventral; en la madurez; los bordes carpelares se separan y el nervio medio subsiste sin rajarse en el carpelo abierto.