Androceo

A los dos verticilos externos de la flor sigue un tercero, el androceo, que está constituido por las hojas microsporangíferas o estambres.

Las hojas que constituyen estas piezas están ya tan modificadas que nunca podría pensarse que fueran tales; pero el estudio de los estambres y el de su origen prueban, sin embargo, su naturaleza folir.

Y así como los sépalos y los pétalos, en ocasiones son concrescentes y forman el cáliz y la corola gamosépala o gamopétala, los estambres pueden también soldarse entre sí por sus filamentos para constituir el androceo monadelfo, como se observa en las malváceas, o bien, en vez de formar un solo haz, a veces constituyen dos, tres o más, y entonces se dice de ellos que son diadelfos, triadelfos o poliadelfos.

Si en vez de soldarse por los filamentos lo hacen por las anteras, los estambres se llaman singenésicos, como se ve en las margaritas, manzanilla y demás compuestas.

Y se pegan en un solo cuerpo filamentos y anteras, constituyen un sinandro, tal como sucede en algunas cucurbitáceas. La parte principal de un estambre es la antera. Las anteras, situadas en el ápice del filamento, son de forma muy variada según las diversas especies de plantas: alargadas, elipsoides, globulosa, aflechadas, etc… o amarillas que es el caso mas general, o rojizas, verdosas, violadas, etc.

Cada lóbulo de la antera consta, por lo general, de dos pequeñas cavidades que, por estar repletas de micrósporas o granos de polen, se llaman microsporangios o sacos polínicos.