Reproducción de briófitos

De la fusión de los dos gámetos resulta el huevo, que entra en seguida, en una fase de segmentación intensa, originando el embrión, y por fin el esporófito adulto o esporogonio. Éste produce las esporas pero permanece siempre unido, a modo de un parásito, al gametófito, y por eso lo llaman con frecuencia, aun que de modo impropio, fruto.

Del mismo modo, en el habla corriente se denominan flores el conjunto de los órganos sexuales (anteridios y arquegonios) y de sus involucros, esto es, de los folíolos más o menos modificados que rodean esos órganos, formando el perigonio de las flores masculinas y el periquecio de las femeninas.

La infloresncia, o sea, la disposición de estas <flores> sobre la planta, ofrece diferentes modalidades. Essinoica cuando los arquegonios y los anteridios están dentro del mismo involucro (conjunto de brácteas que envuelve a las flores); monoica, cuando esos órganos están en involucros distintos, pero sobre el mismo pie; y dioica cuando los arquegonios y los anteridios se hallan en pies diferentes.

Reproducción de los musgos

Es de notar que el desarrollo del esporogonio se efectúa total o parcialmente dentro de las paredes del arquegonio. Para eso, el vientre se ensancha y se reduce a una membrana fina, llamada cofia o caliptra, que rodea la cápsula hasta la madurez o se rompe en dos partes: una, que, cubre la parte superior del esporogonio (la cofia), y otra, que encierra su pie. Los briófitos comprenden dos clases: las hepáticas y los musgos.