Embarazo no deseado

Otro riesgo asociado a una vida sexual sin precauciones es el embarazo no previsto o no deseado. Muchos personas que inician una vida sexual se enfrentan de manera repentina, y sin estar preparados a un embarazo, lo que conlleva consecuencias económicas, sociales, familiares y psicológicas, ante las que no pueden responder.

Se trata de personas por lo general muy jóvenes, todavía dependientes de la autoridad familiar que bajo estas circunstancias ya deben asumir responsabilidades como la de ejercer el rol de madre soltera, trabajar o casarse, no siempre por decisión propia.

Por otro lado, médicamente se sabe que el embarazo en mujeres menores a los 18 años de edad las expone a mayores riesgos para su salud y la del bebé. Además de las complicaciones del parto, la madre adolescente puede presentar anemia y preeclampsia, también llamada toxemia (especie de hipertensión inducida por el embarazo, que puede afectar tanto a la madre como al feto).

Naturalmente, existen mayores riesgos en la adolescente que enfrenta un embarazo no deseado, pues la situación de estrés y las circunstancias psicosociales adversas que sufre la hacen más vulnerable.

Las opciones actuales ante un embarazo no deseado

La interrupción voluntaria del embarazo es un asunto muy polémico, pues existen muy diversas opiniones al respecto. Sin embargo, la alternativa en la que la mayoría de las opiniones está de acuerdo, es la prevención por medio de la educación sexual, que debe impartirse tanto en el hogar como en la escuela, pues resulta, en este sentido, el principal mecanismo preventivo.

No obstante, la prevención del embarazo mediante el uso del condón o de otros métodos anticonceptivos suele despertar también controversias. Pero siempre resulta preferible prevenir un embarazo que interrumpirlo.

La suspensión del embarazo no deseado es una decisión que compete específicamente a la mujer que atraviesa dicha situación. Las convicciones, consideraciones éticas y circunstancias psicosociales influyen de manera importante en la toma de una decisión, la cual implica responsabilidad y riesgos.

Entre estos últimos están los relacionados con la salud física y psicológica; en consecuencia, interrumpir el embarazo influirá en la mujer que así lo decida y posiblemente en su relación con otras personas, su familia y, sobre todo, con su pareja. Por lo mismo, resulta indispensable que se informe y oriente antes de asumir una decisión que, además, por lo regular, resulta más complicada para una chica adolescente que para una mujer mayor de edad.

Hay algunos factores jurídicos y médicos que se deben considerar antes de tomar la decisión de interrumpir un embarazo. En varias partes del mundo está legalmente permitido la interrupción voluntaria del embarazo en los siguientes casos:

– Si se trata de un embarazo como consecuencia de una violación. En este caso, la interrupción del embarazo requiere que antes se levante un acta ante un instancia judicial competente.
– Si la vida o la salud de la mujer embarazada se encuentran en franco peligro. Deberá ser el médico especializado quien determine dicho peligro, pero la mujer será quien tome la decisión.
– Si el médico responsable identifica alguna malformación congénita o genética durante el desarrollo del feto. Corresponde a la mujer decidir, pero es comprensible que considere el parecer de su pareja o de sus familiares.