Dimensión cívica y ética de la convivencia

Debido a que somos distintos a los animales, los seres humanos poseemos la aptitud de razonar y asumir un criterio personal que refleje nuestra forma de observar la vida y relacionarnos con los demás, de tal forma que nos permita tomar decisiones para orientar nuestras acciones, ya que contamos con la capacidad de prever las consecuencias de las mismas.

En este sentido, hay diferentes tipos de valores, ya que los seres humanos valoramos de tantas formas. De esos valores destacaremos tres: estéticos, económicos y éticos.

Valores estéticos: se refieren a los relacionados con el arte o la belleza. Los seres humanos contamos con valores estéticos por que tenemos emociones y sensibilidad; por lo tanto, determinadas personas, objetos, ideas o circunstancias nos emocionan y conmueven. Nuestros valores estéticos se hacen presentes cuando leemos un libro que nos hace reír, vemos una película que nos provoca llanto o una pintura que nos emociona sin saber por qué; cuando una persona nos parece demasiada atractiva y otra no; o cuando preferimos un determinado aroma porque nos recuerda a algún lugar que nos agrada. En todos estos casos, nuestra sensibilidad y emociones nos llevan a valorar aquel libro, esa película, aquella pintura, esa persona o este lugar.

Valores económicos: Los objetos que nos rodean pueden resultar valiosos por el trabajo o la creatividad que los humanos les imprimen, ya sea manualmente o por medio de la ciencia o la tecnología. Es decir, los objetos no valen por sí solos, sino cuando el ser humano les otorga valor. Por ejemplo, una planta de algodón vale económicamente poco antes de manufacturarse y transformarse en una camisa. Por lo tanto, somos nosotros mismos los que le otorgamos valor a los objetos y no los objetos a nosotros.

Valores éticos: Son los que guían nuestra conducta porque son principios personales que adoptamos libremente y se relacionan con las normas morales, por lo que implican el deber ser. Son el respeto a la vida, a la verdad y a la dignidad humana, la libertad, la igualdad, la justicia, la tolerancia, la solidaridad. Estos valores éticos son tan importantes que se han institucionalizado en los derechos humanos.

Todas las personas tenemos objetivos, que pueden ser similares o distintos a los de otras. Sin embargo, hay valores universales como la libertad, a la cual ya nos referimos. Otros, en cambio, no son tan universales como, por ejemplo trabajar para contar con suficientes recursos económicos.

Para tomar decisiones adecuadas debe considerarse la jerarquía de valores y establecer prioridades. Es decir, aunque contar recursos económicos es importante, no vamos a anteponer esta necesidad frente a la libertad de alguna persona. En ocasiones se presentan Conflictos morales, por eso es de suma importancia tener claros nuestros valores, para evitar tomar decisiones que puedan hacernos sentir mal con nosotros mismos.

Existen diversos contextos para la adquisición de valores. La familia es, por excelencia, de los principales marcos de referencia moral y de transmisión de valores fundamentales, como el respeto, la honestidad, el apego a la verdad, solidaridad, etcétera. También la escuela es un espacio importante para la transmisión de valores.