Formación de las proteínas

La orden de construir las proteínas se produce a través de un código preciso que está formado por la secuencia de tres bases de polinucleótidos contiguas; esta secuencia puede expresarse con tres letras.

Por ejemplo: Si un punto de la cadena de DNA hay en orden sucesivo, guanina, timina y adenina, las letras de código serán GTN, y esta secuencia de bases formará la réplica complementaria del mRNA; de hecho a la guanina se unirá de modo reversible la citosina, a la tinina la adenina y a la adenina el uracilo.

A través de este triple se imparte sobre los ribosomas “la orden” de unir a la molécula proteica una molécula de histidina, que ha sido transportada por el tRNA; otro triplete, el CCA, tendrá el complementario GGU, que corresponde al del aminoácido glicina.

Síntesis artificial

Se ha conseguido reproducir en el laboratorio los ácidos nucleicos de algunos virus. Los ácidos nucleicos artificiales o sintéticos obtenidos de este modo están dotados de las propiedades biológicas que son típicas de los ácidos nucleicos.

Se han tratado cultivos de bacterias únicamente con ácidos nucleicos (DNA o RNA) extraídos de algunos virus a los cuales los cultivos bacterianos son sensibles, es posible obtener la infección vírica de las bacterias y la producción de partículas víricas complejas.

En 1965 Spieglman consiguió obtener en laboratorio la síntesis del RNA del virus Q-B, incubando una pequeña porción del RNA extraído del mismo virus con un enzima, la Q-B replicas. Al final del experimento, un adecuado tratamiento permitió eliminar de las pruebas sucesivas el RNA natural que se había utilizado.

La estructura de la proteína se adopta gracias a la formación de enlaces de hidrógeno entre las cadenas laterales (radicales) de aminoácidos cercanos en la cadena

Se encontró que las moléculas del RNA sintetizadas tenían el mismo poder de infección que las moléculas del RNA aisladas del virus. Por tanto, el tiramiento de las células de Escherichia coli con el RNA sintético condujo a la infección  de las bacterias y a la aparición de partículas víricas completas, idénticas a las que se obtienen por infección de las bacterias con el virus auténtico o con el RNA aislado del mismo.