Afinidad química

La afinidad química se divide en dos vertientes:

Cualitativa, aptitud de los elementos para combinarse entre sí.

Cuantitativa, medida del trabajo realizado por las fuerzas que actúan sobre un sistema formado por dos o más elementos.

Ejemplo:

Dos elementos son afines, en condiciones adecuadas, darán lugar aún compuesto químico, estos se combinarán en una determinada proporción.

Esto quiere decir que la molécula del compuesto formado, agua, posee dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno y este vale el doble que el hidrógeno.

Hoy en día la IUPAC, define afinidad química como: “El negativo de la derivada parcial de la energía de Gibbs con respecto a la extensión de la reacción a temperatura y presión constante. Es positiva para reacciones espontáneas”.

La afinidad química, históricamente se refería a la “fuerza” que producía una reacción química, creyéndose también que era donde las sustancias se descomponían o se resistían a ello.

IIya Prigogine, fisicoquímico belga y premio Nobel, definió la afinidad química como:

Todas las reacciones químicas llevan al sistema a un estado de equilibrio en el que las afinidades de las reacciones de desvanecen”.

La idea o término de la afinidad, es usada desde entorno al 1600, en numerosas referencias consta la mención a una “atracción natural”, siendo así un término bastante antiguo, sin llegar a identificar su origen exacto. Lo que si se sabe con certeza, es que fue la fisicoquímica la rama de la ciencia que expuso la “teoría de la afinidad”.

Tabla de afinidades de Geoffroy

La primera tabla de afinidades, que estaba basada en reacciones de desplazamiento, fue publicada en 1718 por el químico francés Étienne François Geoffroy.

Su nombre está más asociado en conexión con estas tablas de «afinidades» (tables des rapports), que fueron presentadas por primera vez a la Academia Francesa en 1718 y 1720, como se muestra a continuación: